19.2.07

Haruki Murakami


Si buscáis "Murakami" en Google Images sale esto... culpa de Takashi Murakami

Yo también sé lo que está de moda, no creáis. Puede que no sea un modernito al uso, pero leo el EP3, escucho algo de Coldplay, White Stripes o Franz Ferdinand y me gusta ver lo que se pone de moda (con mirada crítica, bien sûr). Veo la MTV de vez en cuando, y he descubierto gracias a ella a Gnarls Barkley, un "grupo" fantástico.

Resulta que un escritor que está de moda es Haruki Murakami. Como habréis podido adivinar, es japo (el orden del nombre es el occidental). Lo he leído nombrar en kirai, en el foro (os lo recomiendo, estamos más locos que nadie) y lo he visto destacado en la FNAC. Era cuestión de tiempo que llegara a mis manos, gracias a mi querida biblioteca, un libro de este hombre. Y para bien o para mal, ya me he leído dos.

El primero que he leído es Tokio Blues (me gustó el título), subtitulado Norwegian Wood -una de mis canciones favoritas, así que pinta bien. Además, era menos tochaco que el otro del que hablaré luego. La novela cuenta la historia de Watanabe, un tipo que rememora su juventud de universitario en los 60, con algo de amor, bastante sexo (Murakami administra el erotismo con desparpajo) y soledad. Ahora la crítica despiadada.

Para empezar, la novela no resuelve. Me explico: venía de leer La quinta mujer, de Henning Mankell (otro día hablaré de ésta), una novela policíaca que plantea un misterio y cómo se resuelve a partir de unas pistas. Por eso, Tokio Blues me recordó a una de esas películas orientales típicas, de largos planos, detallistas y en las que la trama es muy secundaria. Pero no confundáis: está tan bien escrita que no pude parar de leerla. Los personajes están muy bien dibujados, uno se identifica con Watanabe y le conmueve la historia de amor a dos bandas. Tiene momentos divertidos (sobre todo cuando sale Midori) y en general le adjudico un Notable. Se nota que Murakami tiene mano.

Después de engullir satisfecho las 300 páginas de Tokio Blues, me enteré, Wikipedia mediante, que ésta era la novela más "normalita" del bueno de Haruki. Para sumergirme en el universo Murakami, debía leer otra. Y la biblioteca sólo me ofrecía una opción: Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, en inglés Wind-up Bird Chronicle. Cargado con sus 681 páginas (y no es edición bolsillo ni ná) embarqué hacia Madrid. Y eso sí que fue una adicción.

Crónica del pájaro que da cuerda al mundo consta de tres partes escritas de 1992 a 1995. Cuenta la historia de Tooru Okada, un pobre pringadillo sin trabajo cuya mujer, Kumiko, desaparece un buen día. El bueno de Tooru se ve atrapado por una red de gente extraña: videntes, "prostitutas de la mente", adolescentes desequilibradas (espléndido personaje el de May Kasahara), psíquicos, veteranos de la guerra de Manchuria... Murakami abre muchos frentes narrativos a partir del hundimiento de la vida de su protagonista. De hecho, abre demasiados... pero la crítica vendrá después. El nivel de identificación con el bueno de Okada alcanza el 100% y consigue sorprender agradablemente al lector.

Peeero, como he dicho, abre demasiados frentes que luego no cierra, teniendo que terminar rápido y mal con una especie de Deus ex machina extraño. Las historias de la guerra se justifican bastante poco narrativamente, pero molan un cacho. El hecho de meter a los Akasaka, que son una gran invención en sí, hace que la novela se le vaya totalmente de las manos y le obliga a olvidar practicamente todo el principio. ¿Qué pasó realmente con Kumiko? ¿Qué pasa con las Kanoo? ¿Quién es la mujer del teléfono? Nos quedamos con las ganas de saberlo. Y el final es MALO. Así que, por partes: 1ª parte excelente, 2ª parte notable, 3ª parte sufi.

En resumen: Murakami escribe muy bien, pero se le va mucho la olla.

Bonus track para los que no les interese Murakami: un vídeo brutal, Screamin' Jay Hawkins "cantando" I put a Spell on You. Link.

Y un blog brutalmente bueno que voy a enlazar en breve: La decadencia del ingenio.

12.2.07

Para Pensar

Empecemos la semana filosofando un poco con esta cita:

“No debe aceptarse ningún pensamiento que no haya nacido al aire libre y, en momentos de libre movimiento, en el que no celebren una fiesta, a su vez los músculos. Todos los prejuicios reconocen como origen los intestinos. Las asentaderas son el ‘pecado’ propiamente dicho contra el espíritu”. - Nietzsche, Ecce Homo.


Visto aquí.

7.2.07

In heaven, everything is fine...



Eraserhead es la primera película de David Lynch. Me picaba la curiosidad de ver una película tan deculto, ahora la he visto y la muy jodía me ha calado hondo.

Veamos. Para empezar, es la película más inquietante que he visto nunca. Por los altavoces resuena constante ruido de viento, zumbidos industriales y tuberías. Luego está la expresión increíble de Jack Nance, que interpreta al protagonista, extrañamente tranquilo ante la abominación que se desata a su alrededor. Y las imágenes surrealistas que mete Lynch: la mujer del radiador, los gusanos, y... bueno, tenéis que verla.

En cuanto al guión, digamos que es una pesadilla hecha cine. Las imágenes se suceden con la lógica de los sueños y la extraña aureola que le da a todo esa fotografía en blanco y negro. Se nota que está rodada con conocimiento de causa, y es algo completamente diferente a cualquier película usual. Mi nota: Excelente.

1.2.07

Foutaises

Hoy llueve, y los días lluviosos me deprimen. Estoy solo en mi casa esta semana, haciendo vida de soltero (no malpenséis), dejando el ordenata encendido para descargar pelis. Ese monstruo me acecha. Debería estar haciendo otra cosa, como escribir mi campaña de Cthulhu, o estudiar (remordimientos...), pero me paso las tardes proponiéndome hacer shikantaza y bohemianihilizando de varias maneras. Mientras tanto, y para el exclusivo disfrute del sentido estético de mis lectores, dejo una joya del minicine. Para todos aquellos que disfrutasteis con Amélie, Delicatessen o La ciudad de los niños perdidos, y que al evocar la cara de Dominique Pinon no podéis evitar la sonrisa, os dejo un corto del maestro Jeunet del 89 con el gran Pinon: Foutaises.