12.1.07

Intoxicación (I)

Sí, intoxicación, me refiero a la intoxicación mental de la ideología. Es algo en lo que me puse a pensar viendo los comentarios de Escolar, o de cualquier noticia de la edición digital del infame periodicucho lamitaddecuarentaminutos (no enlazo ni digo su nombre para no darles ni una miguita de PageRank) o (nos vamos ya a lo bestia de verdad) la famosa (famous and infamous, dirían en Chicago) frasecita de Pepe Rubianes, que no puedo resistir la tentación de reproducir en toda su grandiosidad:
"A mí la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás. Y que se metan a España ya en el puto culo a ver si les explota dentro y les quedan los huevos colgando del campanario" (y sigue)
Vean, vean. Por cierto la gentecilla que posteó el vídeo (paso también de mencionarlos) tienen una página que merece un buen vistazo. Unos cracks.

¿A dónde quiero llegar con todo esto? Pues a sondear la profunda mente del espécimen (Muestra, modelo, ejemplar, normalmente con las características de su especie muy bien definidas. Gracias, RAE) que se sienta en una silla o equivalente y pulsa las teclas de un teclado en un orden concreto, cual si fuera uno de los infinitos monos. El orden en el que se produce el proceso de tecleado depende de factores cerebrales desconocidos para la ciencia actual.

He intentado comprender científicamente porqué la gente escucha con delectación La Mañana de la khope o escribe cosas como "lo ke tienen ke acer es hirse a tomar por culo faxas de mierda" pero me ha sido imposible. ¿Por qué tanto gilipollas? (y tan pocas balas). El comentador ideologizado llega a sentir como propios los pensamientos de otros, eso que Marx (sí, el de las chocolatinas) llamó alienación. A las personas mentalmente sanas les tendría que importar un pimiento el estaputo, o en general la inmensa mayoría de decisiones políticas sobre las que tienen ninguna o muy poca influencia.

Esta gente puede perder amigos (con frecuencia antes de tenerlos, pre-juiciosamente) por culpa de quimeras quijotescas. Sus glándulas estomacales segregarán ácido a espuertas e irán por la vida cabreados y además haciendo el gilipollas (botón de muestra, los alfiles amarillos).

Y, para más inri, llegó Internet. Todo el mundo habrá oído eso de "es más feliz que un tonto con una tiza" (y patada en los huevos). Cuando toda gilipollez se puede legar a la posteridad en forma de bits, y puede viajar de Madrid a Sebastopol en segundos, la hemos cagado con todo el equipo. Cada cual, desde su casa, puede ponerse un ventilador en el culo y dejar que todo el mundo huela sus cuescos. Parece mentira que Internet fuera, en origen, el sueño libertario (nunca recomendaré lo suficiente la visionaria Declaración de Independencia del Ciberespacio). Ahora, parece que hay una oscura mob atada a ominosos intereses terrenales campando a sus anchas. Diox nos salve.

Otro día seguimos.

11.1.07

Robert Lee Frost

Bueno gente, como sé que sois unos burros sin sensibilidad us pongo un poemita pequeñito y facilito de un señor que se dio en llamar Robert Lee Frost:

Some say the world will end in fire,
Some say in ice.
From what I’ve tasted of desire
I hold with those who favor fire.
But if it had to perish twice,
I think I know enough of hate
To say that for destruction ice
Is also great
And would suffice.

2.1.07

Twofifty

Entre mis propósitos de este nuevo anio (además del de no ver la tele) está el de ver 100 pelis. Una página llamada Twofifty nos permite llevar cuenta de las pelis del Top 250 que llevamos vistas. Y permite exportar imágenes:

twofifty.org
(El enlace lleva a mi página en TwoFifty)

Ahora es cuando decís ¿pero no has visto [introduzca película imprescindible]?. Pues no, lo siento. Pero tengo el propósito. Y ahora debo irme. Si me peta, lo desarrollo más.