21.12.05

4. El Transistor

Señoras y señores, no se pierdan la aventura bloggera conjunta de mi colega Domingo, mi compañero friki par excellence, y Vuestro Seguro Servidor. Llámase "El Transistor", y encuéntrase en http://eltransistor.blogspot.com/. Ahora voy a poner, en eco, la primera entrada con "chicha" (después de la obligada presentación), un texto de Domingo con pequeños retoques puramente formales del menda llamado "La Adolescencia", con un subtítulo que se me acaba de ocurrir: "Guía de campo del zóologo" xD.

La adolescencia


Esta etapa, para mí, es una de las más importantes en la vida de una persona, por lo menos eso creo (cuando viva más les diré si mis creencias eran acertadas). Por definirlo de alguna forma somos como proyectiles de papel a una velocidad supersónica, impulsados a un destino incierto. Siempre estaremos impelidos a lo largo de la vida, pero en la época de la adolescencia es cuando tenemos la alquímica capacidad de transformarnos. Dependiendo de lo que descubramos, unos se harán duros como el acero, otros pesados como el plomo. Hay infinita cantidad de formas de transmutarse, algunas tienen cierto parecido, lo malo es cuando hay proyectiles que permanecen siendo papel al finalizar la etapa de la adolescencia. No sólo influye el material que nos compone, sino también la dirección a la que nos dirigimos. Siempre hay algo o alguien que nos cambia el rumbo, dependiendo de lo que estemos formados viraremos más o menos.


Una vez explicado el proceso por el cual creo que se forman los adolescentes, los dividiré en grupos de acuerdo a lo que he observado:


Grupo 1: Este es el grupo más numeroso que hay. Son adolescentes que necesitan de forma desesperada la aceptación de la manada. Son un grupo sin personalidad formada o débil, aunque algunos tengan grandes cualidades, pero debido al transcurso de sus vidas terminan formando parte de este grupo. El 1 es un sector al que no le importa hacer daño a las personas o cometer actos inconscientes por “caer bien”. Un ejemplo claro es la capacidad que tienen de insultar para caerse bien entre ellos. A veces tienen a personas a los que yo llamo generadores de afinidad. Son personas a las que insultan y desprecian periódicamente, porque el hacerlo hace que al 1 le caigas bien. Yo diría que los del 1 no tienen personalidad estable, porque cuando hablas con uno de ellos solo, te suele caer bien, pero cuando están en grupo es todo lo contrario, son el grupo más despreciable, desde mi punto de vista. Son fáciles de reconocer, sólo tienes que seguir estas instrucciones para detectarlos: si ves que insultan sin ninguna razón coherente, te estás acercando a uno. Si ves que no existen límites de lo que reírse, estas quemándote de lo próximo que estás, y si te estás riendo con él, mi más sentido pésame; puede que ya estés dentro. Hay unos que son peores que otros dentro de este grupo, pero los peores por excelencia son los cobardes faltos de honor. Son seres que se meten con los demás, insultan, intentan humillar y a veces te intentan demostrar que quieren pelea, pero cuando te enfrentas a ellos o cuando saben que no pueden con quien se están metiendo te dicen la estúpida frase “voy a llamar a mis amigos”. Estos amigos pueden ser de sitios muy dispares (de donde sean no importa lo que importa es el acto). Fíjense en lo paradójico de la situación: ellos inician la violencia, sea verbal o de cualquier otro tipo, y después llaman a sus amigos para que te peguen. Esto muestra una gran falta de responsabilidad, de decencia y de civismo. Por si fuera poco, hay algunos que incluso llaman a sus mamás (no madres) como si fueran ellos las víctimas. ¡Ah! Se me olvidaba, no tienen ni un ápice de sentido de la amistad y de la lealtad, a la mínima acusación que les hacen, le echan la culpa a uno de su sector. Esto confirma lo irresponsables que son.


Grupo 2: Es un grupo muy común, y a mi parecer no son un mal grupo. Son personas habladoras e incluso algunos algo “cotillas”. Se preocupan por la imagen, pero no en dosis tan nocivas como los del grupo 1. No son los alumnos que mejores notas tengan, pero hay algunas excepciones. Tienen un carácter estable, te pueden caer bien o no dependiendo de la persona (no de si está el grupo o no, como los del 1), digamos que tienen una personalidad, pero no una fuerte, ellos a lo suyo y tú a lo tuyo. Cuando los vientos son muy fuertes, se dejan llevar.


Grupo 3: Un grupo de buenas notas, son personas muy aplicadas y alguno de ellos muy inteligentes. Intentan llevarse bien con todos, aunque tengan que oír a veces el apodo de “empollones”. A mi parecer son personas fabulosas porque carezco de esa capacidad de esfuerzo. Suelen tener puntos de vista interesantes.


Grupo 4: Personas que van estrictamente a lo suyo. No suelen sentirse muy realizados en clase, sobre todo por culpa del grupo 1. Son un grupo que merece la pena conocer, pero no suelen enfrentarse mucho a lo que no les agrada porque prefieren estar a su aire, tranquilos. Intentan tener una relación cordial con su entorno.


Grupo 5: Este es un grupo que a principios de mi adolescencia no me gustaba en absoluto, pero ahora que conozco al que creo que es el mejor representante de este sector y uno de los que me ha hecho cambiar el rumbo, me encanta. Son personas que tienen una personalidad infranqueable, defienden lo que piensan y no les importa caer bien o no, esos asuntos no les interesan. Lo mas apasionante es que tienen sus puntos de vista claros y, piensen lo que piensen, se muevan en el ámbito cultural en que se muevan, siempre son para mí extremadamente fascinantes. Son pocos y no se relacionan con mucha gente, sobre todo porque no soportan al sector 1 y el 2 se les indigesta.


Podría hacer muchas divisiones más, pero creo que ya son suficientes. Por supuesto no tengo a todos los grupos que se pueden encontrar, para hacer eso tendría que hacer un trabajo más prolongado. No pongo nombres porque no es recomendable, que cada uno identifique el grupo en el que están los adolescentes que conoce y él mismo, seguramente más de uno no sabe en qué grupo meterse o meter al otro. Hago estas divisiones porque no me gustan, porque las hay y no me agradan; el que no las vea está ciego. Yo en general no soporto a la gente que insulta a otros, tanto si lo hace para hacer daño como si lo hace por caer bien o ser el gracioso, porque desprecio a la gente que hace daño, y los insultos duelen, sobre todo si son diariamente (y no lo digo por mí). Algunos piensan que son tan virtuosos y tan inteligentes que tienen derecho a humillar a los demás, e incluso piensan que sus insultos están siempre dichos en el momento justo, tanto que creen que éste no llega a oídos del insultado. Cuando de hacer daño se hace una actividad social, cuando se hace del quejarse de las consecuencias de nuestros actos algo diario, cuando se hace de la aceptación algo vital, estamos desgraciadamente ante un gran problema.

Un saludo!